jueves, 10 de mayo de 2007

Historia de una prostituta

La Luna la alumbraba. El frío hacía que se sintiera humana en su realidad de papel. La máscara de su disfraz abrazaba su rostro más de lo acostumbrado; sintió miedo por primera vez en esa noche.
Contempló las estrellas mientras se encendía un cigarrillo, cada noche estaban más lejos. Expulsó el humo hacia ellas. Pensó en su infancia, en cómo brillaban entonces.
Se acercó a un escaparate. Desvió la mirada a su reflejo.
Se descalzó con prisa y se dirigió a una cabina. Introdujo monedas insuficientes. Dejó el teléfono descolgado.
Un coche paró a su lado. Su noche empezaba.
La máscara se fundió a su piel, el disfraz ahogaba su alma, su cuerpo se le escapó entre los dedos y ella, desapareció. Se escondió en algún rincón de su mente, donde las estrellas brillaban como antes, las alcanzaba sin esfuerzo y no sentía ni el vértigo, ni el frío tatuados a los pliegues de su vida anónima.

La semana pasada acabé "Once minutos", es lo que tiene...

Aprovechando que tengo "Cabaret" (ejem,ejem) incluyo ese fotograma que me encanta. Algún día también gritaré cuando pase un tren.

Abrazos y gritos,

a dreamer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

”Willkomem, bienvenu, wellcome... im cabaret, au cabaret, to cabaret”

Acabo de verla (sí... sé que horas son mamá xD Pero... necesitaba dejarte un comentario y decirte que Cabaret ya ha echo PUM en mi vida)

P.D: Y gritaremos cuando pasen los trenes y cuando no también ;)

Mordiscos y cafés amargos para noches tan dulces